At the Bordo (name assigned to the stretch of Rio Tijuana that naturally divides San Ysidro and Tijuana), equally dry and sordid, I decided to take some pictures. I had come up with some ideas for different series, so at that point my task was to shoot simple piles of trash. There was so much! To my dismay, I found random deposits of garbage of little to no value, even visually. I spent some time on a pile of waste seemingly made of hard to recognize items; a piece of egg carton, a punctured aerosol can missing its spraying valve, a mesh of rags, leaves and boughs, amazingly sprinkled with some green sprouts. And there, I saw the legs of a doll. The scene reminded me of Planet of the Apes at the final scene where Taylor discovers the very revealing item that leads him to discover he is not in a far away planet, but in New York; seconds before finding, half buried, the statue of Liberty.
After applying a couple of filters to the original shot I remembered how I was told Edward Weston traced by hand over his negatives, by way of a technique meant to obtain sharper photos. One day I will attempt the manual effect of tracing over a digital image like this one, and not just resort to the filters that make it a little crisper today. The process of having to retrace an object over an otherwise useless picture captures the idea. A pile of worthless trash suddenly revealing such a warm and eloquent detail!
Maybe the head, with messy hair –as often seen- hangs on a taxi or on a bus. And what little girl was the original owner? To travel through the many questions brought by those vinyl legs reawakened my interest in those pictures. I entitled the series Planeta de los desechos.
En al Bordo, (así se nombra ese tramo del Río Tijuana que divide naturalmente a San Ysidro de Tijuana), tan seco como sórdido, decidí tomar unas fotos. Había imaginado algunos temas para distintas series así que en aquel momento mi tarea era tomar montoncitos de basura. ¡Había tanta! Para mi desencanto, las pilas que encontré no me parecieron tan ricas como imaginé, aún desde un punto de vista visual. Me mantuve un buen tiempo sobre el mismo montón formado de objetos que me costó trabajo reconocer; un pedazo de cartón de huevo, un bote de pintura perforado y despojado de su válvula de aerosol, un enredo de hilachos, matas y ramas del que parecían brotar extrañamente unas cuantas matas verdes. Y ahí, vi las piernas de una muñeca. Aquella escena me record el Planeta de los Simios (Planet of the Apes) cuando Taylor descubre la muñeca que le revela que no se encuentra en un planeta lejano, sino precisamente en Nueva York, segundos antes de descubrir, semienterrada, la estatua de la libertad.
Al aplicar un par de filtros sobre la toma original recordé una clase en donde hablamos de cómo Edward Weston silueteaba a mano sobre sus negativos mediante un proceso original que le permitía obtener mayor nitidez. El proceso de tener que siluetear un objeto sobre lo que se perfila de otro modo como una imagen inservible captura la idea. Sobre un montón de basura sin valor, ver aparecer un detalle… ¡tan cálido y revelador!
Tal vez su cabeza, despeinada –a menudo se ve- adorne algún taxi o de algún camión. ¿Y quién habrá sido la dueña original? Remontar las preguntas desatadas a la vista de esas extremidades de vinil, sin duda, me devolvió el interés por esta serie que titulé Planeta de los desechos.
Photo and text © María Dolores Bolívar