I am hanging in the balance of the reality of man
Like every sparrow falling, like every grain of sand.
Every Grain of Sand.
Bob Dylan
[Sometimes I wish I understood a little better how things work as they interact with one another. Yes, everything comes together as a whole, yet we focus far too many times on the individual parts, as in a composition where we want things to fit into a little square, yet some do, and some simply don’t.]
Color, contraste y algo para investigar. Luego de recorrer el muro o la frontera imaginaria que divide a dos países cuyas poblaciones colindantes tienen más en común entre sí mismas que con las del resto de ambos, las fotografías comenzaron a sobrepasar los números manejables. Entonces suelo entrar en ellas como si volviese a vivir cada pie de esa realidad que oscila entre lo árido y lo intenso; lo monumental arrobador y un sinnúmero de pequeños detalles que muchos dejan erróneamente pasar por intrascendentes.
Lo que aquí ves es uno de esos detalles. Algo insignificante para quienes transitarán esa avenida que corre a parejas con la frontera, y que se detienen menos de dos segundos, sin mirar más que el disco que dicta hacer "un alto". Atraída por el rojo que coincidía con la cerca improvisada para resguardar al otro lado las máquinas de la compañía constructora, tomé la foto y, luego, tiempo después, di con este “anuncio” cuya presencia y mensaje, en un principio, no me dijeron nada.
Interact Club es una organización civil de carácter humanitario que se encarga de llevar ayuda a los más necesitados. Los “interactors” son en su mayoría jóvenes que realizan obras caritativas vía el patrocinio de Wings of Angels Clinic, Logan Club Rotractors e Interactors (filiales juveniles de Los Rotarios). Así que, pese a la desproporción de aquel cartel aparecido entre el poquísimo color que contrastaba con aquella sección de muro que Arizona se esmera en construir de acero (¿el cuarto cochinito habría tenido esta idea?), descubrí este granito en la arena. ¿Qué hacen? Llevan materiales y ayudan a construir casas sólidas. Asisten en la instalación de calefacción solar ahí donde sobra el sol y faltan los servicios que debieran ser proporcionados por el estado. Patrocinan clínicas médicas de diagnóstico, servicio dental y de oculista.
La población de Agua Prieta varía según quien cuente, como ocurre en toda ciudad fronteriza. Pero que sea inferior a los 80 mil habitantes, según sugiere el censo de 2010 o mayor de 200,000, según sugieren los Rotarios, la verdad es que una buena parte de esa población vive en condiciones de extrema pobreza y aquejada del fenómeno migrante que pone a enormes núcleos de la población en estado de transitoriedad, lo que muchas veces implica que vivan sin servicios básicos, sin pavimento, en casas a medio construir o sin casa. Sin las cifras millonarias que manejan los gobiernos federal y estatal y sin mucho ruido, clubes como Interact se hacen presentes. Una expresión de cooperación pacífica en medio del desierto y un detalle a notar, contra esa larga cerca de acero que hoy sustituye a la anterior, de malla de alambre, que a su vez relevó a la anterior, de palos de madera y que probablemente será sucedida por futuras cercas de materiales todavía más resistentes y sofisticados.
Photo and text © María Dolores Bolívar