Los colores de mi vecino/My Neighbor's Colors


Azul loco y verde loco
del lino en rama y en flor.
Mareando de oleadas
baila el lindo azuleador.
Cuando el azul se deshoja,
sigue el verde danzador... 
Fragmento de "La ronda de los colores" de Gabriela Mistral. 

It took me a long time to learn that when people say that your clothes are "colorful" or "different" they mean ugly or tacky. Contrary to those who despise color, I like to think of myself and of my world in terms of colors. Colors are an intrinsic part of my life. I perceive color selectively, particularly those associated with my childhood for which I often have a hard time finding appropriate names. A lot of colors come from the earth and plants. On travelling from Arizona to the Western tip of Texas I found this wonderful area where little houses, almost the size of a shoe box, appeared as a crazy patch of color in the midst of dirt roads and dry and shrubby lands, and separated from my bus by the border. Two things happened as I edited my picture. One, the landscape, affected by the distance, appeared dull and colorless, thus inviting me to attempt a black and white image; but as I proceeded to desaturate the original, in spite of the high contrast applied, the color seemed visibly left out, and misrepresented by the rather monochromatic appearance of my now black and white fence and skyline... A nice compromise followed, just to accommodate the crazy green and the loud yellow dominating over that border urban complex.


Me tomó mucho tiempo colegir que en Estados Unidos cuando te dicen que tu ropa es "colorida" o "diferente" en realidad te están diciendo que es fea o de mal gusto. En realidad me gusta pensar en mí a partir de los colores. Los colores son una parte intrínseca de mi vida. Percibo selectivamente los colores, particularmente aquellos que se asocian a mi infancia para los que no siempre hallo nombre. Muchos colores vienen de la tierra y de las plantas. Viajando de Arizona a la puntita oeste de Texas encontré esta zona maravillosa de pequeñas casas que parecían del tamaño de una caja de zapatos. La apariencia de aquel conjunto urbano se presentaba en tonos locos, en contraste con las carreteras y tierras de matorral y arena, apenas separadas de nosotros por la línea. Dos cosas pasaron cuando edité mi fotografía. Una, el paisaje me pareció soso y deslavado, lo que me llamó a intentar una foto en blanco y negro; pero cuando extraje el color, de su original, a pesar de elevar el contraste se notaba su ausencia, volviendo evidente que aquella monocromía de barda y horizonte llanos no hacían justicia a lo visto, en la realidad. Entonces opté por un punto medio que permitiera dar cauce al verde loco y al escandaloso amarillo




Photo and text © María Dolores Bolívar

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