Mártires de la globalidad/Martyrdom in a Reality Globalized





Should we cross? The word comes from the cross, though it is also a verb and a faith and this business of survival that has yet to be resolved between humans and their deities.

¿Cruzarnos? La palabra viene de cruz, aunque venga también de un verbo y una fe y una lucha por la sobrevivencia que todavía no se resuelve entre los hombres y los dioses.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Si las piedras hablaran



[That day I visited the Kumeyaay Cultural Center, with its magnificent museum. On the way back I managed to get some shots while I stopped to get some air and to observe the moon. There are 55 minutes between Barona and Tierra del Sol, a vast and diverse land that includes 18 reservations. San Diego has the highest number of reservations in the US.]

Ese día visité el Centro Cultural Kumeyaay, con su maravilloso museo. A mi regreso me detuve a respirar y robarle al paisaje una toma de aquel ojo penetrante que me pareció ser la luna. No te equivocas… parece que no se mueve ni una hoja. ¡Qué testimonios no guardarán las piedras!  La zona de Lakeside y Barona es, literalmente, un subibaja. La proximidad del suelo, de todas esas piedras, acopladas o avenidas unas con otras, te hace sentir, viajes como viajes, que la naturaleza te abraza. Estamos en el noreste del condado, tierra de piedras y arbustos con ocasionales zonas de vegetación más variada. Es como darse un baño de energía eso de andar entre todas esas piedras. En realidad el este de San Diego es tan variado como vasto. La sensación se corresponde con la geografía pues vas, literalmente, bordeando las faldas de las montañas y recorriendo cañones, en un camino abigarrado que acaba (o empieza) 55 minutos más al sur, en Campo, al topar con pared. San Diego tiene 18 reservaciones, el mayor número de todo el país; pero contrario a Arizona, donde el día termina antes de que recorras la inmensidad de sus reservaciones, en San Diego puedes recorrerlas todas en un par de horas en total.

Photo and text © María Dolores Bolívar

Cuidado con el tren


Trains are also moving borders, connecting dots and transporting people and things from one place to another. As trains come and go, towns are forever changed. That is why on crossing the rails our adrenaline pumps up. Not knowing on what side of the rails you will end up is already a challenge. And then there are those unintelligible languages written all over the wagons; unintelligible to the majority of us since we live outside that otherness of trains and their travel. The many layers of messages pile up and renew leaving almost no trace of the individuals actually generating the messages. A language of such complexity and collective impact will have to be deciphered someday. For now it only appears as the invasive yet colorful calligraphy we all see in awe; perhaps thinking that trains would not be as attractive without it.

Los trenes son también fronteras móviles que conectan puntos y transportan personas y cosas de un lado para otro. Cada vez que el tren va y viene los pueblos por los que pasa cambian para siempre. Por eso el cruzar los rieles hace que suba nuestra adrenalina. El no saber de qué lado de las vías acabarás ya es en sí mismo un reto. Y luego están esos lenguajes ininteligibles, escritos  por todos los vagones; ininteligibles a la mayoría de nosotros que vivimos por fuera de esa otredad de los trenes y sus viajes. Los mensajes se acumulan por capas y se renuevan volviendo difusa la marca de los individuos que los generan. Un lenguaje de tal complejidad e impacto colectivo tendrá que ser descifrado algún día. Por ahora solo aparece como la caligrafía invasiva aunque colorida que todos vemos sorprendidos; tal vez seguros de que sin ella ningún tren resultaría tan atractivo a nuestros ojos.


(Piedras Negras, Coahuila)


Photo and text © María Dolores Bolívar

Díptico de un reto 


































Reality challenges you and makes you visible. You become visible to those that make themselves feel threatened by your existence. You are visible to the woman behind the lens and to the agent who will go through the most stupid questions...





























La realidad te reta y te vuelve visible. Te haces visible para aquellos que se se obligan a sí mismos a sentirse amenazados por tu existencia. Y eres también visible para la mujer que te mira a través de un lente y para la guardia que te hará las preguntas más tontas.

Photo and text © María Dolores Bolívar

San Ysidro en rouge! 

And what if color; what if those days, what on earth, what about time, what if in the end...

Qué si el color, qué si los días, qué si la tierra, qué si el tiempo, qué si al final...



Photo and text © María Dolores Bolívar

"Te reconocería por cierto aire de lejos"*




“…explorador de soledades…”
"...en el cielo 
de las locomotoras, 

te reconocería 

por

cierto aire

de lejos…"
*(Oda a los trenes del sur) 

Ferromex runs parallel to the border in that area that cuts across the two Nogales. Travelling by car makes you loop around the desert, and at some point head North, then South again, as you pass Gila Bend. The area is so vast and magnificent it makes you want to stay there, forever. The tracks evoke romantic moments for me. In the movies I always see tracks and trains, especially when people run away... for love.

I like observing the colors of the desert. I was determined to make this picture revolve around the redness of the soil, and thought I would select some of the bushes in this mission. My project did not go anywhere, as once I modified the levels and the curves, there was not much to do in terms of color. My photo had its red train, however minute, and so red! And looking at it I was able to reach into the moment when I struggled to hold my camera steady fighting the wind, so strong. But how could I not be seduced by such colors. It was late October, the part of the year at which the weather is tolerable, and the moon, hard not to admire. I am sure every writer has taken on the subject of the October moons.

El título elegido para la fotografía es una cita textual de Ramón López Velarde "El tren va por la vía como aguinaldo de juguetería...". Debe ser la frase más pintoresca y sentida de todo ese crisol de sentimientos que es "La suave patria". Y hay otro evocador de trenes a quien a menudo me gustaría robarle sus imágenes de tren entre paisajes cuya inmensidad sobrecoge… ¿Lo adivinas? Es Pablo Neruda que escribió así refiriéndose a un tren.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Fronteras de la fe


  ¿Y quién podría asegurar que no mueve montañas?

Angel of the disenfranchised, lord of the daring, lately Malverde has taken the discreet spot, the hidden area that street vendors grant the underground powers and the informal exchanges. This merchandise is distributed by special order, as it entails a dangerous liaison… you need to awaken the trust of those who sell the hot items in order to access these secret connections of a faith that praises itself for being effective, powerful, guaranteed.


Ángel de los pobres, señor de los más osados, últimamente Malverde ha tenido que recluirse en los puntos discretos que los mercados callejeros conceden a las potestades clandestinas y a los intercambios informales. Tienes que pedirlo, asociarte con él, ascender en el ánimo de quien lo trafica para poder acceder a esos interiores donde la fe se vuelve efectiva, poderosa, de rendimiento garantizado.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Cruces/Crossings


Cruz

La cruz.
(Punto final
del camino)
Se mira en la acequia.
(Puntos suspensivos.) 
Federico García Lorca 

No need for words. Only, perhaps, an explanation. In Spanish the word cross designates the object made out of wood and the act of crossing. In English we need two words, "crosses" and "crossings".


Para qué las palabras. Sólo, quizás, la aclaración. En español la palabra cruces designa los maderos que se cruzan y el acto de cruzar de un lado al otro. En Inglés usaríamos "crosses" y "crossings".



Photo and text © María Dolores Bolívar

Desdibujado/Blurry


¿Es verdad que en el hormiguero
 Los sueños son obligatorios? 
Pablo Neruda, El libro de las preguntas.

The blurriness is involuntary, yet revealing. It all revolves around a flagpole and a sign that reads International Border.  Andrade Algodones makes a monotone line of bushes with a mountain range and some clouds. On the Mexican side the town is called Vicente Guerrero, but the locals defy the official ground rules and call it Algodones. The name is an arbitrary choice. Why a hero from Tixtla in the eastern tip of Baja California? Our feet touch shrub and dust. It is a dusty area all year round. “There is nothing to see”, I hear a child tell his mom in the background as she urges him to look through the window. Nothing to see, if we decide to take away from the grandiosity of landscape, at its best.

I trace back my steps in the following trip and survey the area for some life. I tell myself there cannot be a town with only a border and some fields full of shrubs. There are a few restaurants and four or five bars. And what is their specialty? You’ve probably guessed by now it's Mexican food. It's always a good idea to inquire if the person you're about to engage with speaks English. Two nations… under God, divisible, with Liberty and justice for one? One nation… under God, indivisible…with Liberty and Justice for all? My server breaks the ice with a basket of chips and the first beer. She does not inquire about the language we speak, she assumes. Do you ever get an all American customer? What is that? She responds quickly… We both laugh!


Lo borroso del paisaje es involuntario pero revelador. Todo gira alrededor de un astabandera y el señalamiento del International Border. Andrade Algodones forman una monótona línea de matorrales con su cadena montañosa y algunas nubes. En el lado mexicano el pueblo se llama Vicente Guerrero, pero los locales desafían las reglas oficiales y lo llaman Algodones. El nombre es elección arbitraria. ¿Por qué un héroe de Tixtla en esta punta oriental de la Baja California? Nuestros pies solo tocan arbustos y polvo. Todo el año hay polvo. “No hay nada que ver”, oigo que dice un niño a su mamá que lo urge a que se asome por la ventana. Nada que ver, si decidimos restarle su grandiosidad al esplendor de tal paisaje.

Vuelvo sobre mis pasos en el siguiente viaje. Esta vez busco señales de vida. Me digo que no puede haber un pueblo con solo una frontera y algunos campos poblados de arbustos. Hay algunos restaurants y cuatro o cinco bares. ¿Su especialidad? Tal vez ya lo has adivinado, la comida Mexicana. Siempre es buena idea inquirir si la persona con quien te dispones a hablar habla ingles. ¿Dos naciones… un Dios… divisible, con libertad y justicia para una? ¿Una nación, un Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos? La mesera rompe el hielo con una canasta de totopos y la primera cerveza. No pregunta acerca del idioma que hablamos, asume. Nos reímos.



Photo and text © María Dolores Bolívar

Los colores de mi vecino/My Neighbor's Colors


Azul loco y verde loco
del lino en rama y en flor.
Mareando de oleadas
baila el lindo azuleador.
Cuando el azul se deshoja,
sigue el verde danzador... 
Fragmento de "La ronda de los colores" de Gabriela Mistral. 

It took me a long time to learn that when people say that your clothes are "colorful" or "different" they mean ugly or tacky. Contrary to those who despise color, I like to think of myself and of my world in terms of colors. Colors are an intrinsic part of my life. I perceive color selectively, particularly those associated with my childhood for which I often have a hard time finding appropriate names. A lot of colors come from the earth and plants. On travelling from Arizona to the Western tip of Texas I found this wonderful area where little houses, almost the size of a shoe box, appeared as a crazy patch of color in the midst of dirt roads and dry and shrubby lands, and separated from my bus by the border. Two things happened as I edited my picture. One, the landscape, affected by the distance, appeared dull and colorless, thus inviting me to attempt a black and white image; but as I proceeded to desaturate the original, in spite of the high contrast applied, the color seemed visibly left out, and misrepresented by the rather monochromatic appearance of my now black and white fence and skyline... A nice compromise followed, just to accommodate the crazy green and the loud yellow dominating over that border urban complex.


Me tomó mucho tiempo colegir que en Estados Unidos cuando te dicen que tu ropa es "colorida" o "diferente" en realidad te están diciendo que es fea o de mal gusto. En realidad me gusta pensar en mí a partir de los colores. Los colores son una parte intrínseca de mi vida. Percibo selectivamente los colores, particularmente aquellos que se asocian a mi infancia para los que no siempre hallo nombre. Muchos colores vienen de la tierra y de las plantas. Viajando de Arizona a la puntita oeste de Texas encontré esta zona maravillosa de pequeñas casas que parecían del tamaño de una caja de zapatos. La apariencia de aquel conjunto urbano se presentaba en tonos locos, en contraste con las carreteras y tierras de matorral y arena, apenas separadas de nosotros por la línea. Dos cosas pasaron cuando edité mi fotografía. Una, el paisaje me pareció soso y deslavado, lo que me llamó a intentar una foto en blanco y negro; pero cuando extraje el color, de su original, a pesar de elevar el contraste se notaba su ausencia, volviendo evidente que aquella monocromía de barda y horizonte llanos no hacían justicia a lo visto, en la realidad. Entonces opté por un punto medio que permitiera dar cauce al verde loco y al escandaloso amarillo




Photo and text © María Dolores Bolívar

Granito de arena/Grain of sand


I am hanging in the balance of the reality of man
Like every sparrow falling, like every grain of sand.
Every Grain of Sand. 
Bob Dylan 
[Sometimes I wish I understood a little better how things work as they interact with one another. Yes, everything comes together as a whole, yet we focus far too many times on the individual parts, as in a composition where we want things to fit into a little square, yet some do, and some simply don’t.]


Color, contraste y algo para investigar. Luego de recorrer el muro o la frontera imaginaria que divide a dos países cuyas poblaciones colindantes tienen más en común entre sí mismas que con las del resto de ambos, las fotografías comenzaron a sobrepasar los números manejables. Entonces suelo entrar en ellas como si volviese a vivir cada pie de esa realidad que oscila entre lo árido y lo intenso; lo monumental arrobador y un sinnúmero de pequeños detalles que muchos dejan erróneamente pasar por intrascendentes.

Lo que aquí ves es uno de esos detalles. Algo insignificante para quienes transitarán esa avenida que corre a parejas con la frontera, y que se detienen menos de dos segundos, sin mirar más que el disco que dicta hacer "un alto". Atraída por el rojo que coincidía con la cerca improvisada para resguardar al otro lado las máquinas de la compañía constructora, tomé la foto y, luego, tiempo después, di con este “anuncio” cuya presencia y mensaje, en un principio, no me dijeron nada.

Interact Club es una organización civil de carácter humanitario que se encarga de llevar ayuda a los más necesitados. Los “interactors” son en su mayoría jóvenes que realizan obras caritativas vía el patrocinio de Wings of Angels Clinic, Logan Club Rotractors e Interactors (filiales juveniles de Los Rotarios). Así que, pese a la desproporción de aquel cartel aparecido entre el poquísimo color que contrastaba con aquella sección de muro que Arizona se esmera en construir de acero (¿el cuarto cochinito habría tenido esta idea?), descubrí este granito en la arena.  ¿Qué hacen? Llevan materiales y ayudan a construir casas sólidas. Asisten en la instalación de calefacción solar ahí donde sobra el sol y faltan los servicios que debieran ser proporcionados por el estado. Patrocinan clínicas médicas de diagnóstico, servicio dental y de oculista.

La población de Agua Prieta varía según quien cuente, como ocurre en toda ciudad fronteriza. Pero que sea inferior a los 80 mil habitantes, según sugiere el censo de 2010 o mayor de 200,000, según sugieren los Rotarios, la verdad es que una buena parte de esa población vive en condiciones de extrema pobreza y aquejada del fenómeno migrante que pone a enormes núcleos de la población en estado de transitoriedad, lo que muchas veces implica que vivan sin servicios básicos, sin pavimento, en casas a medio construir o sin casa. Sin las cifras millonarias que manejan los gobiernos federal y estatal y sin mucho ruido, clubes como Interact se hacen presentes. Una expresión de cooperación pacífica en medio del desierto y un detalle a notar, contra esa larga cerca de acero que hoy sustituye a la anterior, de malla de alambre, que a su vez relevó a la anterior, de palos de madera y que probablemente será sucedida por futuras cercas de materiales todavía más resistentes y sofisticados.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Tumbas sin lápida/Unmarked Graves


Y para el cruel que me arranca

El corazón con que vivo,

Cardo ni ortiga cultivo

cultivo una rosa blanca.
José Martí

And for the cruel person who tears out

the heart with which I live, 

I cultivate neither nettles nor thorns:

I cultivate a white rose.*

Anonymity seems to be a close relative of oppression. The past two years I learned a lot about graves and their markings. Who would have thought that cemeteries would grow old and become a nuisance to the newer generations? In colonial times the grounds of a cemetery were zealously marked to represent societal stratification and system of casts. It was believed the wealthy could purchase better lots and thus be closer to God. The poor were often interred outside the church’s grounds, along with adulterous women, illegitimate children, and others stigmatized as outcasts. Modern society did away for the most part with those protocols, but turned cemeteries into something unstable and finite.


El anonimato es pariente de la opresión. Durante los últimos dos años aprendí mucho acerca de las tumbas y de sus lápidas. ¿Quién hubiera imaginado que los cementerios envejecerían, quedando convertidos en un estorbo para las nuevas generaciones? Durante la colonia los campos santos eran celosamente trazados para representar la estratificación social y el sistema de castas. Se creía que los ricos podían comprar mejores fosas y así estar más cerca de Dios. Los pobres eran a menudo enterrados afuera de los terrenos de la iglesia, junto a las mujeres adúlteras, los niños ilegítimos y otros a quienes se estigmatizaba en los márgenes. Las sociedades modernas se desembarazaron de esos protocolos, pero convirtieron sus cementerios en algo inestable y finito.


*As translated in Spanish-American Poetry : A Dual-language Anthology (1996) by Seymour Resnick ISBN 0486401715


Photo and text © María Dolores Bolívar

Barrera de tunas/Barrier of Prickly Pears



Boundary of Prickly Pears

Coahuila Border, as seen from the river. In Mexico, the river is known as El Bravo; in the US, it becomes Rio Grande. The riverbed remains dry most of the year. It flows from the mountainous regions of Colorado, southwards until it reaches the Gulf of Mexico, at the limits of Brownsville and Matamoros. If we traced a straight line from Matamoros to an equivalent point on latitude 30, in the West Coast of Mexico, we could hardly call Tamaulipas a northern state. Coahuila's border towns of Piedras Negras and Ciudad Acuña interact with the Texan cities of Eagle Pass and Del Rio, only a few miles from San Antonio or Houston. That is how the border looks today. In the summer, during hurricane season, the current rises and the river becomes dangerous. The unpredictable rapids and currents add to the otherwise constant dangers posed by the encounters between crossers and the border patrol. On each side of the river Spanish is spoken, inevitably. Each border city is in and of itself a little Mexico, not only due to its history, but also for its present day. Del Río, Río Grande, Hidalgo, Roma, Progreso, Laredo. To look at the river sparks an interest. Here, the shot centered on these Prickly Pears. How could their emblematic presence, their thousand meanings, their moving nature be avoided?

One Battle, Two Treaties, One Traitor                  

The battle of San Jacinto, Texas, and the treaties of Velasco (1836) are the most remembered of all events surrounding Antonio Lopez de Santa Anna. Not that many people would be able to name those events, but everyone links to his name the way Santa Anna was held by the US/Texan troops; and then forced to sign two treaties, one public and one secret. Those two key defeats were crucial in defining the border all the way to the Rio Grande, on Port Isabel, and not the Nueces River, north of Corpus Christi. Adding such a big chunk of land opened the door for new claims, alongside the 30th Latitude. From there, people concluded Santa Anna had exchanged his freedom for half of the Mexican Territory.

The 100 million dollar war

In April of 1846 the conflict worsened. Most people pinpoint the war to 1847, since that was the ominous year at which the bloodiest battles took place - Cerro Gordo (April 18) Contreras y Churubusco (August 20), Molino del Rey (September 8) and Chapultepec (September 13)- immediately after the US troops disembarked in Veracruz, on March 9th of 1847. The US had 12 thousand men. On the 10th of September, in San Angel, Mexico City, the US made prisoners of the members of the Battalion known as Saint Patrick. These were soldiers who turned against the US and were captured in Mexico. 48 were hanged, some in the Plaza of San Jacinto, and some in the plaza de Mixcoac. Today we can see a marble plaque in their memory at the very site were they were brutally tortured, and executed, while the US flag was raised. Those Irish soldiers represent a tragic chapter in that war. Discriminated against in the US for their religion and national origin, they joined the Mexican army. The plaque says: “En memoria de los soldados irlandeses del heroico batallón de San Patricio, mártires que dieron su vida por la causa de México durante la injusta invasión norteamericana de 1847.” (In memory of the Irish soldiers of the heroic Battalion of Saint Patrick, who gave their life for the Mexican cause, during the unjust North American invasion of 1847.) The battle held on September 13th was mostly against the cadets residing in the castle of Chapultepec, the home of Mexico’s military academy. Juan de la Barrera was 20 years old, and the oldest on site. Francisco Marquez, the youngest, was 13.

The war caused more than 13 thousand deaths to the US troops, but many died of illness –diarrhea, dysentery and typhoid.

Treaty of Guadalupe Hidalgo Article V

"The boundary line between the two republics shall commence in the Gulf of Mexico, three leagues from land, opposite the mouth of the Rio Grande, otherwise called Rio Bravo del Norte, or opposite the mouth of its deepest branch, if it should have more than one branch emptying directly into the sea; from thence up the middle of that river, following the deepest channel, where it has more than one, to the point where it strikes the southern boundary of New Mexico; thence, westwardly, along the whole southern boundary of New Mexico (which runs north of the town called Paso) to its western termination; thence, northward, along the western line of New Mexico, until it intersects the first branch of the River Gila; (or if it should not intersect any branch of that river, then to the point on the said line nearest to such branch, and thence in the direct line to the same;) thence down the middle of the said branch and of the said river, until it empties into the Rio Colorado; thence across the Rio Colorado, following the division line between the Upper and Lower California, to the Pacific Ocean."

"[…] And, in order to preclude all difficulty in tracing upon the ground the limit separating Upper from Lower California, it is agreed that the said limit shall consist of a straight line drawn from the middle of the Rio Gila, where it unites with the Colorado, to a point on the coast of the Pacific Ocean distant one marine league due south of the southernmost point of the port of San Diego […]"


En una zona de la frontera con Coahuila, el río. En México, se le llama El Bravo; en EEUU, es Río Grande. El cauce pasa la mayor parte del año seco. Corre desde los lindes occidentales de la región montañosa de Colorado, en dirección sur, hacia el golfo de México, sobre la zona limítrofe de los estados de Tamaulipas y Texas, en las ciudades de Brownsville y Matamoros.  Si trazáramos una línea recta desde Matamoros hasta su punto equivalente en la latitud 30, sobre la costa oeste de México, difícilmente podríamos llamar a Tamaulipas estado norteño (Las ciudades de Houston y Hermosillo están pasaditas de la latitud 29 hacia el norte. Coahuila también está en la pendiente sur del río. Eagle Pass y Del Río bordean al norte y, del lado mexicano, Piedras Negras y Ciudad Acuña, a poquísimas millas/kilómetros de San Antonio o de Houston. Esa es hoy la frontera este del país. En verano, cuando se desatan los huracanes y sube la corriente, el río se vuelve peligroso. Hay rápidos y corrientes engañosas pero, sobre todo, la patrulla fronteriza. De uno y otro lado del río se habla español,  algunos apurarían que irremediablemente. Cada una de las ciudades fronterizas, por sí sola, es un pequeño México, no solo por su historia, sino por su presente. Del Río, Río Grande, Hidalgo, Roma, Progreso, Laredo. Mirar el río siempre despierta interés. Aquí la puesta en cámara se centró en estas tunas reales. ¿Cómo evitar su presencia emblemática, sus miles de significados, su carga emotiva?

Una batalla, dos tratados, un traidor

La batalla de San Jacinto, Texas, y los tratados de Velasco (1836) figuran entre los eventos  más recordados en torno a Antonio López de Santa Anna. No así. Muy pocos son capaces de nombrar los dichos acontecimientos. Lo que sí se repite es que Santa Anna, secuestrado por las tropas tejanas/estadounidenses, firmó dos tratados, uno público y uno secreto. Esas dos claras derrotas acabarían por extender la frontera tejana hasta el Rio Grande (Río Bravo) y no en el Río Nueces, lo que habría fijado la frontera marítima al norte de Corpus Christi y no en Puerto Isabel. Además, se dejaba sembrada la semilla de mayores reclamos sobre la latitud 30. Y es a partir de esos hechos que la gente concluye que Santa Anna cambió su libertad por la mitad del territorio mexicano.

La guerra de los cien millones de dólares

En abril de 1846 el conflicto arreció. Decimos que la guerra fue en 1847 porque en ese año ominoso se libraron las más sangrientas batallas -Cerro Gordo (abril 18) Contreras y Churubusco (agosto 20), Molino del Rey (septiembre 8) y Chapultepec (septiembre 13)- luego del desembarco de Estados Unidos, por Veracruz, el 9 de marzo de 1847, con un ejército de 12 mil hombres. El 10 de septiembre fueron ahorcados en la plaza de San Jacinto, en San Ángel y en la Plaza de Mixcoac, al tiempo en que se levantaba la bandera estadounidense en Chapultepec, los miembros del Batallón de San Patricio capturados en México. Todavía hoy puede verse la placa conmemorativa de su sacrificio. Aquellos soldados representan un capítulo negro en la guerra de México con EEUU. Discriminados por sus compatriotas, por su religión y origen étnico, se sumaron al lado mexicano. La placa conmemorativa dice “En memoria de los soldados irlandeses del heroico batallón de San Patricio, mártires que dieron su vida por la causa de México durante la injusta invasión norteamericana de 1847.” El trece de septiembre, en Chapultepec, eran los cadetes que residían en el castillo, sede del colegio militar, quienes defendieron a la patria mexicana. Juan de la Barrera, el mayor, tenía 20 años y Francisco Márquez, el menor, tenía 13.

La guerra causó más de trece mil bajas a los Estados Unidos, aunque la mayoría murieron de enfermedad –diarrea, disentería y tifoidea.

Tratado de Guadalupe Hidalgo Articulo V

La línea divisoria entre las dos Repúblicas comenzará en el golfo de México, tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del río Grande, llamado por otro nombre río Bravo del Norte, o del más profundo de sus brazos, si en la desembocadura tuviere varios brazos: correrá por mitad de dicho río, siguiendo el canal más profundo donde tenga más de un canal, hasta el punto en que dicho río corta el lindero meridional de Nuevo México: continuará luego hacia Occidente, por todo este lindero meridional (que corre al norte del pueblo llamado Paso) hasta su término por el lado de Occidente: desde allí subirá la línea divisoria hacia el Norte, por el lindero occidental de Nuevo México, hasta donde este lindero esté cortado por el primer brazo del río Gila (y si eso no está cortado por ningún brazo del río Gila, entonces hasta el punto del mismo lindero occidental más cercano al tal brazo, y de allí en una línea recta al mismo brazo); continuará después por mitad de este brazo y del río Gila hasta su confluencia con el río Colorado; y desde la confluencia de ambos ríos la línea divisoria, cortando el Colorado, seguirá el límite que separa la Alta de la Baja California hasta el mar Pacífico.

[…] Y para evitar toda dificultad al  trazar sobre la tierra el límite que separa la Alta de la Baja California, queda convenido que dicho límite consistirá en una línea recta, tirada desde la mitad del río Gila en el punto donde se une con el Colorado, hasta un punto en la costa del mar Pacífico, distante una legua marina al Sur del punto más meridional del puerto de San Diego […]


Photo and text © María Dolores Bolívar

Trazos indefinidos



I observed the skyline and the hills, densely populated. The scene lacked the element of planning. It seemed as if streets were missing and houses had been placed at will, anywhere, and with no particular order in mind. And just like the whole appeared somewhat disorganized, each individual house looked unfinished. A room left unpainted, a level still in progress. To showcase this town there needs to be a narrative of the future, a hypothesis, and a promise. It isn’t that Tijuana doesn't have a history. It has one, very rich in details, and powerful. But its present offers a peculiar condition strangely turned into that fast pace reality, never clearly a statement, never completely real, never entirely there.


Observé el paisaje y los cerros, densamente poblados. La escena carecía del elemento planeación. Era como si faltasen las calles y que las casas hubiesen sido colocadas a voluntad, en cualquier parte o dirección. Y al igual que el todo que se mostraba en desorden; cada casa individual parecía inacabada a la vista. Un cuarto sin pintura, un piso todavía en construcción. El hablar de este poblado requiere de una narrativa de futuro, una hipótesis, una promesa. No es que Tijuana no tenga su historia. La tiene, rica en detalles, poderosa. Pero es el presente lo que denota una peculiar condición que se expresa en esa realidad de paso apretado, nunca claramente enunciada, nunca por completo real, nunca enteramente ahí.


Photo and text © María Dolores Bolívar

El puente peatonal



Are we watched from other worlds and galaxies as diligent and creative beings, playing with bridges and towers with minute and colorful objects? I have always liked bridges, though I am afraid of heights. This pedestrian bridge in Guanajuato seemed momentarily connected with another galaxy.

¿Acaso nos verán desde otros mundos y galaxias como seres diligentes y creativos que juegan a los puentes y las torres con diminutos objetos de colores? A mí siempre me han gustado los puentes, aunque tengo temor de las alturas. Este puente peatonal de Guanajuato pareció momentáneamente conectado con alguna otra galaxia.



Photo and text © María Dolores Bolívar

Gambusinos/Prospectors


After several hours of travel through the flatness of the sandy desert, Bisbee appears as the unsuspected jewel. The Copper Queen evoking the times of its old architecture, dating from the early nineteen hundreds… Victorian! This is not a screen but a window. I pressed my face on the glass to be able to search for a sign. And then came some nice shots, to my left, the old mine; to my right, the old town.

This was time travel at its best! We could have entered that other dimension of prospectors and gamble. One can only reach these highlands with some degree of perplexity. The color of copper is like the trace of evil. Bisbee is not a Ghost town, but one finds it hard to match to that reality… somehow!


Luego de varias horas de viaje a través de las planicies del desierto arenoso, Bisbee aparece como una joya insospechada. La Reina del Cobre evocando los tiempos de la vieja arquitectura que data del temprano diecinueve… ¡Victoriana! Esto no es una pantalla sino una ventana. Apoyé mi cara en el vidrio para poder buscar el anuncio. Y ahí estaban algunas buenas tomas; a mi izquierda, la mina vieja; a mi derecha, el viejo pueblo.

¡Esto daba el perfecto efecto de un viaje en el tiempo. Habríamos podido accede a esa otra dimensión de gambusinos y de azar. Uno no puede sino llegar a estos altos con cierto grado de perplejidad. El color del cobre es como la huella del mal. Bisbee no es un pueblo fantasma, pero cuesta trabajo equipararlo a esa realidad… ¡creo!





Photo and text © María Dolores Bolívar

¿Eran cipreses?


They look like tall men... or are they cypresses?

Were these cypresses? Really long! They seemed like single bodies from afar, or I should say giants. Of no more than three feet wide, they can reach forty to sisty feet in height. I saw them in Agua Prieta, Sonora. They made me think of the arrogant vigilantes. And they are. People plant them for privacy. Some even know them as “privacy trees”. A line of these trees appeared on the other side of a section of fence made out of wood and wire. I was able to spot them, keeping their distance from each other as they stood in line, against the skyline. In contrast, two playful trees showed on both sides of my shot. They were two young ordinary trees, nonetheless promising great shade. I was not able to name them. My knowledge of trees ends in the first ten I name rather insecurely.

¿Eran cipreses? Larguiruchos, de lejos se asemejan a personas solitarias, en cierto modo gigantes. De no más de tres pies de ancho, llegan a alcanzar hasta cuarenta y sesenta pies de altura. Los vi, en Agua Prieta, Sonora. Parecían vigías arrogantes. Y lo son. La gente los siembra para cercar sus viviendas. Algunos les llaman “arboles de privacidad”. Una línea de estos árboles apareció al otro lado de una sección del muro construida en madera y alambre. Y pude verlos, guardando su distancia uno de otro, en hilerita, de lejos. En contraste, dos árboles juguetones dejaron aparecer sus ramas jóvenes por cada lado de mi puesta en cámara. Eran dos brotecitos comunes que ya prometían buena sombra. No pude reconocerlos. Mi conocimiento de árboles se acaba en los diez primeros que nombro sin mucha seguridad.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Mi vida está en tus manos



Guadalupe Nation or Nationalist Spirit. In today’s marches we represent our sheltered icons with more freedom than we did in the past. A lot of that freedom has to do with being in the United States, our adoptive country, where the use of flags is more flexible. But this flag seemed unique and I reflected on the narratives that enveloped the two bodies, the two traditions and the two iconic realities…  The eloquence of words takes over the space of an otherwise imaginary line between reality and discourse.
My life, hey you, in your hands.
This life of mine, in your hands
My life is in your hands
And to the many times Mexicans play their luck for being Mexican. Of course, wearing a flag could be compensated with the protection of Guadalupe. I thought about the guadalupes carrying their medals and scapulars, so revealing of their subversive devotion. In these days to be a patriot, while living in the country of the anti Mexican fervor, needs a flag and the protection of Guadalupe. Anyway. These borders had their flavor of heroism, affirmation, and their gamble for something, and when the sun became unbearable, there could not have been a better cover.


Patria guadalupana o espíritu patriótico. En las marchas de hoy acudimos al cobijo de nuestros íconos con más libertad que en el pasado. Tiene que ver mucho el que en Estados Unidos, la patria adoptiva, el uso de la bandera sea un poco más flexible. Pero esta bandera me pareció única y rápidamente pensé en las narrativas que corrían de cuerpo a cuerpo, de tradición en tradición, de icono en iconografía… La elocuencia de las palabras desborda, sin duda, el espacio de la línea emblemática.
Mi vida, ésta, en tus manos
Mi vida esta, en tus manos
Mi vida está en tus manos
Y los muchos albures que se juegan por ser mexicanos. Claro, una bandera peligrosa de llevar, no podría estar mejor protegida que por la guadalupana. Pensé en los guadalupes que llevaban ocultos sus escapularios y medallas, distintivas de su devoción subversiva. Entonces para ser patriota hoy, en el país del fervor antimexicano, vale más una bandera Guadalupe. En fin. Estas fronteras tuvieron su parte de heroísmo, de afirmación, de apuesta por algo… Y cuando el sol arreció, no hubo mejor cobijo.



Photo and text © María Dolores Bolívar

Ribbons of faith/Listones de fe



Ever since Saint Charbel, the Maronite hermit, was canonized in 1977 a great number of miracles have been attributed to him. I did not see him sweat blood, and did not place my handkerchief on his face to verify the tracings others have seen in theirs. What I did see was the rich narrative that piles in the many ribbons placed on his arms and around his neck represent a vivid documentation of the faith of those who pray to Charbel. If you come closet o the effigy you will notice how the ribbons are color coded… with messages that range from elaborate prayers to simple words of thanks.

St. Charbel is not an old figure in Mexican faith, instead, his presence is consistent with an eruption of miracle makers that appeared at the end of the eighteenth century and the beginning of the twentieth century, and has thus been increased by figures that attract the fervor of those who do not need to see to believe. What would you ask San Charbel if you wrote on a ribbon?


El listón verde me conmovió por su realismo: "Confío en mí, en ti y en Dios" (¿en ese orden?)

Desde 1977 en que se canonizó a este santo, Chárbel o Charbel (1828-1898), el ermitaño meronita, la gente ha ido fabricado en torno suyo la fama de hacedor de milagros. No lo vi sudar sangre, ni puse mi pañito en su rostro para constatar lo que se cuenta, pero pude notar la rica narrativa que se amontona en todos esos listones colocados en su cuello y sus brazos. Su actitud de ermitaño pervive en ese puesto que ocupa, solitario, a un lado de la nave principal. Así, con apenas el colorido escandaloso de los mensajes que asoman, de entre el montón, cumple a cabalidad con el papel que le han asignado sus fieles.

San Charbel no corresponde a una figura antigua de la fe mexicana; por el contrario, su presencia es consistente con la aparición de santos milagrosos que apareciera hacia finales del diecinueve y a principios del veinte, misma que se ha ido incrementando por esas figuras atrayentes del fervor de los que, sin ver, creen. ¿Qué le pedirías a San Charbel en un listón?




Photo and text © María Dolores Bolívar

Tríptico de fronteras/Borders' Triptych




Borders can also be personal, and are sometimes more difficult to cross than actual geopolitical limits.

Nuestras fronteras personales son a veces más difíciles de atravesar que las fronteras geopolíticas reales.





Photo and text © María Dolores Bolívar




Ciudad con futuro/A City With a Future



There is a fine line between safety and fear...

We are right at the border and the river level keeps going up. I observe this moment. I am present. To be waiting here, even if just for a minute is like waiting for Godot... Something is missing, perhaps a moment to laugh, a light word... I breathe and I hold on to my camera. Soon I will have a chance to look at this hour with serenity. City with a future is the slogan for this end of time and history that defines Piedras Negras.La línea entre la seguridad y el miedo es frágil


Estamos justo en la frontera al tiempo en que el río sube de nivel. Observo el tiempo detenido y espero. Esperar aquí, así sea un minuto,  es como esperar a Godot... Algo falta, algo falla; un motivo para reír, una frase ligera. Respiro y toco mi cámara. Cuando pase este tiempo podré volver a observar desde otra hora más serena. La ciudad con futuro es el lema de este borde de tiempo y de historia que es Piedras Negras.



Photo and text © María Dolores Bolívar

Orfandad laboral/The Self Employed



Vicente Fox institutionalized this style of work. A rocky proposal that led to the creation of a class left orphan, The Self Employed. This class set a down motion in the standard of living for the majority of Mexicans. Today, whatever the direction taken by the new government, in spite of its color, there should be a recovery of a Social Policy, the impulse of Culture and a program for Hope. In the mean time, we all remain a part of a system of values eluded entirely by the complex national reality.

El estilo de trabajar de lo que sea fue institucionalizado con Vicente Fox. El atropellado gobierno de este señor llevó al país a una suerte de orfandad laboral que fue minando el nivel de vida de la mayoría de mexicanos. Hoy, el giro de cualquier gobierno, del color que sea, tendría que ser la recuperación de una política social, el impulso de la cultura, los programas de la esperanza. Mientras tanto, todos somos parte de un sistema de valores que nada ha entendido de lo que es la compleja realidad nacional.



Photo and text © María Dolores Bolívar

Fachada/House Front


Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en circulo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón.
          Cesar Vallejo (No vive ya nadie.)  

[Vallejo describes in this poem a house that remains standing thanks to the feet, the lips, the eyes and the heart of those gone away.]


Straw, sticks, or bricks? The story must have preceded the times of recycled iron and metal sheets. There can’t be anything more devastating than a flood. Water destroys everything in seconds. This house front speaks of the hazard involved in living by the river. I was amazed at the ingenuity of the architects/artisans who built this house from scratch. Its recycled materials all coming together to create the little stability one can find in this house/small business.


¿Paja, madera o tabique? Al cuento se le escapó esta realidad hecha de fierro y lámina reciclados… No debe haber nada más devastador que una inundación. El agua lo destruye todo en segundos. Esta fachada revela los riesgos que implica el vivir junto al río. Me sorprendió el ingenio de los arquitectos/artesanos que construyeron su vivienda de la nada. Sus materiales reciclados se dan cita en el conjunto de estabilidad mínima que es esta casa/changarro.


Photo and text © María Dolores Bolívar

Errantes/Gone Astray

¿Qué has hecho de mis pies?
¿Qué has hecho de esta bestia universal
De este animal errante?
Vicente Huidobro (Altazor, Canto I)

What have you done to my feet?
What have you done to this universal beast
This animal gone astray?
Vicente Huidobro (Altazor, Canto I)

It takes a ship eight to ten hours to cross the Panama Canal. The way through the canal is not smooth as most think. On their travel, from the Caribbean to enter the Pacific, ships are lifted and lowered by a system of locks. The reason for this operation is that there is a difference of 170 feet of height between the two oceans. The canal is about 15 miles long.

To cross from Mexico to the US one would hardly notice the difference were it not for the fence and protocol in place at the various crossing points. There are no locks, no level differences, yet the traveller breathes the differences… it feels like time travel… or leaving earth…


Toma de ocho a diez horas a una embarcación cruzar el canal de Panamá. El cruce del canal no es terso como muchos piensan. En el viaje, del Caribe al Pacífico, las naves son elevadas o descendidas mediante un sistema de esclusas. La razón de esta operación es que hay una diferencia de 170 pies de altura (51.81 metros) entre los dos océanos. El canal tiene 15 millas (24.14 kilómetros).

Para cruzar de México a Estados Unidos uno casi no nota la diferencia salvo por la barda/muro o por el protocolo con que se conducen las distintas garitas que regulan el cruce. No hay esclusas o niveles, pero el viajero respira las diferencias. Se diría despegar en el tiempo… o dejar la tierra…




Photo and text © María Dolores Bolívar 

Incertidumbre de estatua/The Uncertainty of Statues


Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño». 
Xavier Villaurrutia
Nocturno de la Estatua

Abelardo L. Rodríguez was governor of the state of Baja California in 1923, and its Military Commander in 1929. Consequently, and due to the fact that he was from Guaymas, and president of Mexico in 1932 and governor of Sonora in 1934, in both states, Sonora and Baja California there is a large number of buildings and public places bearing his name. Only in Baja California there is an airport and a boulevard Abelardo L. Rodríguez; a city called El Sauzal de Rodríguez (Rodriguez’ Willow Grove); and an excessively long list of high, middle and elementary schools and daycares, followed by ejidos, residential areas, parks, theaters, and even an Oxxo, in Ensenada, that locals refer to as Oxxo de Rodríguez (Rodríguez’ Oxxo). Soon the honors paid to this general will be a century old, and that will bring about a new set of plazas, monuments, signs and statues named after him.

I stood next to this bronze statue, camera in hand, and started conversation with an older man about to doze off at the bus stop. I wanted to tease him so I asked him if the statue was of Benito Juarez (Mexico’s Lincoln). No, he responded seemingly offended. Juarez is elsewhere, by the oceanfront; the man, here is Abelardo L. Rodriguez. As he mentioned Rodríguez, I thought I saw him bring out his chest and stand up straight, while pointing with familiarity and somewhat solemnly. And right at that moment, a pigeon came down on his metallic hair. Nonchalant and irreverent the pigeon stood there, for a few shots, jumping lightly from one side of the statue´s wide head to the other. The impassible general endured the brightness of the sun as he fixed his gaze on the far away ocean. As I was almost touched and about to feel pity for the revolutionary, wholeheartedly, when the man hesitated, offering a couple of names to go back on his initial certainty of who the statue represented.

We often get mixed up as to the person a statue stands for. And heroes are not all the same in our memory. We forget their origin and actions, and we even question if they should remain in our public spaces.

One reflection led to another… Statues are often commissioned to local artists who have their patterns and style… like tailors who work on a one-fits-all kind of model they force on their customers, regardless of their build. And we notice that sculptures depicting the human body often vary slightly, on the hair do, the length of the jacket, or the width of the lapel.

This picture left me with the certainty of how much disservice is paid to the actual person honored by a statue. Poor Abelardo –or Lazaro, or Pascual- take the spot under the sun; and endure storms only to benefit the pigeons. I hope someone comes forth to clarify whether or not this is Abelardo L. Rodríguez, the man trapped now in the eternity of my picture… with a certain air of Cardenas… since no one, even I jokingly, would have mistaken him for Juarez.



Abelardo L. Rodríguez fue gobernador del estado de Baja California en 1923 y jefe militar hasta 1929. En consecuencia y debido a que el sonorense, oriundo de Guaymas, fuera  presidente de la república en 1932 y, también gobernador de Sonora en 1934, tanto en Sonora como en Baja California abundan los edificios, bibliotecas y parques con su nombre. Tan sólo en Baja California hay aeropuerto y bulevar Abelardo L. Rodríguez y municipio El Sauzal de Rodríguez. La lista se alarga hasta el exceso si se incluye preparatorias, secundarias, primarias o guarderías; seguidas, claro, de ejidos, colonias, parques, cines y hasta un Oxxo, en Ensenada, al que los locales motejan Oxxo de Rodríguez. El culto a la personalidad de este general ya casi cumple un siglo lo que vuelve posible que el centenario abelardista nos tupa de más plazas, glorietas, placas estatuas y bustos alusivos a él.

Cuando me detuve frente a esta efigie en bronce, cámara en mano, le saqué conversación a un viejecito que esperaba medio  adormilado, aunque de pie, su camión. Para picarlo le pregunté si sería Juárez el hombre de la estatua. No, apuró con vehemencia discorde a su previo amodorramiento, Juárez está en el malecón, éste es el general Abelardo L. Rodríguez. Creí ver que se le hinchaba el pecho y se estiraba, con garbo, al voltear a señalarme a su admirado personaje, con todas sus letras, justo al instante en que una paloma se posó sobre su cabellera metálica. Quitada de la pena, la irreverente dio para varias tomas, apoyada en sus dos patas con las que se impulsaba para dar saltitos breves de un lado al otro de la ancha cabeza. Y él general, impasible, recibía el brillo del sol en plena cara, al tiempo en que fijaba la mirada en dirección al mar. Cuando ya estaba casi a punto de sentir piedad, de mi corazón, por el revolucionario, aquel hombre dudó, sin más, recitando un par de nombres, no muy convencido.

Así pasa con las estatuas, se nos confunden. Además, no todos los héroes han tenido igual impacto en nuestra memoria histórica. De algunos debatimos su origen, su labor, incluso si no valdría la pena hacerlos descender de su pedestal.

Entonces me vino otra reflexión… las estatuas suelen ser comisionadas a alguno de la zona, que trabaja en base a moldes… un poco como los sastres que tienen su patrón y que, quede o no, se lo encasquetan a cualquiera que acuda a solicitar sus servicios. Así que mirando bien, caí en la cuenta de que para cada escultura solo varía un poco la pose o algún detalle como el mechón de pelo, el gesto, el traje de saco largo o corto, con o sin solapa.

Lo que sí me dejó esta foto es la certeza de que la eternidad de las estatuas es más bien canalla para con la persona a la que se busca honrar. Y el pobre de Abelardo –o Lázaro o Pascual- sigue sorteando el sol y apechugando tormentas, para suerte de las palomas. Ojalá que alguien salga a decir si en este caso es Abelardo L. Rodríguez quien hoy pervive en mi fotografía… con cierto aire de Cárdenas… que, eso sí, ninguno salvo yo, y de pura broma, se habría atrevido a hacer pasar por Juárez…



Photo and text © María Dolores Bolívar

Luces del Bravo/Lights in Rio Grande


¡Quién dirá que el agua lleva 
un fuego fatuo de gritos! 

¡Ay, amor 
que se fue y no vino! 
Baladilla de los tres ríos de Federico García 



Nowhere would my night shots be more eloquent.


You hear about the border, you see pictures, you read stories, but it isn´t until you feel the humid breeze and you sense the darkness fall on your shoulders that you realize how some places can be darker than others. In other words darkness gains additional shades here.

And then there were, those infamous lights meant to intimidate potential crossers and people like me wandering about at altas horas (late hours). What were we doing there?

When I looked at the pictures I took of the migra shooting their beam lights at us, the final piece of the puzzle fell into place. The reflections produced a peculiar effect on the water… I thought about a painting or a piece of digital art.

En ningún otro sitio mis tomas nocturnas habrían podido ser más elocuentes.


Escuchas hablar de la frontera, ves fotos, lees historias, pero no es hasta que sientes la brisa húmeda e intuyes que toda la oscuridad acaba de caer sobre tus hombros cuando te das cuenta que hay lugares que resultan más oscuros que otros. En otras palabras, la oscuridad sube de tono aquí.

Y, entonces, ahí estaban, esas luces infames pensadas para intimidar a quienes pudieran disponerse a cruzar o que como yo se encontrasen merodeando a altas horas. ¿Qué hacíamos ahí?

Cuando volví a ver estas fotos tomadas a la migra mientras nos disparaban sus faros, la última pieza del rompecabezas cayó en su lugar. Las reflexiones sobre el agua producen un peculiar efecto. Habría podido ser un lienzo o una pieza de arte digital. 


Photo and text © María Dolores Bolívar 

Tierrajuana



Were we to pick a word to refer to Tijuana, the first one to come to mind would be dust. In Spanish we use “tierra” (earth) for dust, and also “polvo”. And then we need to specify how we refer to the dust blowing, moved by the wind or “lodazal”, moved by water. Tijuana, dusty, covered with dust, terrestrial, terrain, terrace, dirt road, and scorched and bumpy soil… Even on sunny days the skyline appears gray or gloomy. There is a layer of dust constantly moving over the soil as if the wind wanted to resurface it, constantly. If you place yourself on a hill you can perceive the dust and breathe it. The dryness of the air makes it hard to breathe… The dust adds density to the air keeping us from perceiving the lines that define the landscape, bringing to focus objects that appear close to us and blurring the rest. The excess of dust has generated a trade of “dusters” armed with a couple of flannel rags for a few cents. Tijuana, tierrajuana, tierra, cloud of dust, mud, dust hill, mobile, changing, volatile…


Si tuviera que asignarle una palabra, la primera que me viniera a la mente, diría tierra. No la tierra profunda, ámbito de las raíces… la que se mueve con el viento o con el agua y corre por la superficie modificándolo todo a su paso. Tijuana terregosa, enterregada, terrestre, terrena, terrón, terraplén, tierra quemada… El paisaje es gris, aún en los días soleados. Hay una capa de polvo que se eleva sobre la superficie como si fuera a dejarla movida por el ventarrón. Si te colocas en una colina puedes percibirla, respirarla. Su sequedad aletarga la respiración… es como una inmensa y desoladora capa nebulosa y gris que nos impide percibir las líneas del paisaje, permitiéndonos enfocar sólo los objetos cercanos y volviendo borroso el resto. Esa tierra ha generado un nuevo oficio, los desterradores, que con un par de trapos de franela te limpian el polvo del auto por unas monedas. Tijuana, tierrajuana, tierra, polvareda, barro, montículo de polvo, móvil, cambiante, volátil…


Photo and text © María Dolores Bolívar

Planeta de los desechos



At the Bordo (name assigned to the stretch of Rio Tijuana that naturally divides San Ysidro and Tijuana), equally dry and sordid, I decided to take some pictures. I had come up with some ideas for different series, so at that point my task was to shoot simple piles of trash. There was so much! To my dismay, I found random deposits of garbage of little to no value, even visually. I spent some time on a pile of waste seemingly made of hard to recognize items; a piece of egg carton, a punctured aerosol can missing its spraying valve, a mesh of rags, leaves and boughs, amazingly sprinkled with some green sprouts. And there, I saw the legs of a doll. The scene reminded me of Planet of the Apes at the final scene where Taylor discovers the very revealing item that leads him to discover he is not in a far away planet, but in New York; seconds before finding, half buried, the statue of Liberty.

After applying a couple of filters to the original shot I remembered how I was told Edward Weston traced by hand over his negatives, by way of a technique meant to obtain sharper photos. One day I will attempt the manual effect of tracing over a digital image like this one, and not just resort to the filters that make it a little crisper today. The process of having to retrace an object over an otherwise useless picture captures the idea. A pile of worthless trash suddenly revealing such a warm and eloquent detail!

Maybe the head, with messy hair –as often seen- hangs on a taxi or on a bus. And what little girl was the original owner? To travel through the many questions brought by those vinyl legs reawakened my interest in those pictures. I entitled the series Planeta de los desechos.


En al Bordo, (así se nombra ese tramo del Río Tijuana que divide naturalmente a San Ysidro de Tijuana), tan seco como sórdido, decidí tomar unas fotos. Había imaginado algunos temas para distintas series así que en aquel momento mi tarea era tomar montoncitos de basura. ¡Había tanta! Para mi desencanto, las pilas que encontré no me parecieron tan ricas como imaginé, aún desde un punto de vista visual. Me mantuve un buen tiempo sobre el mismo montón formado de objetos que me costó trabajo reconocer; un pedazo de cartón de huevo, un bote de pintura perforado y despojado de su válvula de aerosol, un enredo de hilachos, matas y ramas del que parecían brotar extrañamente unas cuantas matas verdes. Y ahí, vi las piernas de una muñeca. Aquella escena me record el Planeta de los Simios (Planet of the Apes) cuando Taylor descubre la muñeca que le revela que no se encuentra en un planeta lejano, sino precisamente en Nueva York, segundos antes de descubrir, semienterrada, la estatua de la libertad.

Al aplicar un par de filtros sobre la toma original recordé una clase en donde hablamos de cómo Edward Weston silueteaba a mano sobre sus negativos mediante un proceso original que le permitía obtener mayor nitidez. El proceso de tener que siluetear un objeto sobre lo que se perfila de otro modo como una imagen inservible captura la idea. Sobre un montón de basura sin valor, ver aparecer un detalle… ¡tan cálido y revelador!

Tal vez su cabeza, despeinada –a menudo se ve- adorne algún taxi o de algún camión. ¿Y quién habrá sido la dueña original? Remontar las preguntas desatadas a la vista de esas extremidades de vinil, sin duda, me devolvió el interés por esta serie que titulé Planeta de los desechos.

Photo and text © María Dolores Bolívar

A parejas con el ferrocarril/Chasing the Train



There is a metanarrative behind this picture. I am looking at the train from my bus. I want to believe it is there but... doesn't it seem like it is a toy train. So, "where am I?" is a question that always seems to follow as I travel these plains, looking south!

[Hay una metanarrativa detrás de esta foto. Soy yo, esa que mira hacia el tren desde un autobús. Quiero creer que está ahí... pero también parece un tren de juguete. Así que "¿en dónde estoy?" es la pregunta que siempre parece seguir cuando recorro estas planicies... ¡de cara al sur!]


Photo and text © María Dolores Bolívar

Desert Characters



Algodones. The Dunes of Imperial Valley. Are lines our way of dealing with the vastness of space -as in a lined page or a grid? In spite of its size, this desert character seems so frail and lonely! As we hit the dunes we experience the desert of our stereotypes. It is grandiose and eloquent, nonetheless.

Power towers are characters played by actors trained to execute the role of giants; keeping themselves dignified thanks to all those lines they hold on to for their survival. If we were to write the myths of our times those high voltage monsters would be in them, as Cyclopes and Amazons were in Greece's myths.

Past Jacumba and Anza Borrego, we find ourselves under the sea level. The great motif of Literature would find plausible grounds right here in the one corner of California that only the frequent local shoppers and dune boogie fans dare to travel, on their way to this homey Hades. Yes, as these communities see their temperatures rise to over a hundred, almost throughout the year, they find themselves comparable to our version of hell –or as the popular saying suggests its waiting room-.

In 1905 the Colorado River changed course simply leaving these barren lands abandoned. Two significant borders at the east end of California, México and Arizona frame the dunes of Andrade. Algodones and Andrade, as most bordering regions are bound by locals going about their daily business as if there was not a fence or a wall dividing.  Vicente Guerrero, on the Mexican side leads an otherwise isolated existence. We looked it up in the map on April of 1910 as an earthquake hit it hard. Andrade is a part of the Fort Yuma Reservation of the Quechan Nation. The Quechan people run a huge parking lot for the shoppers.

I met two young students going from Calexico to Vicente Guerrero. They were going to visit their grandmother. Their surprise was such when I mentioned I was going to Matamoros. “We rarely go beyond Andrade,” they uttered. They studied at the California State Imperial Campus. When they left the bus they warmly said good buy to all of us, wishing us well, as if we were one big family.


Algodones. Las Dunas del Valle Imperial. ¿Son las líneas nuestra manera de asumir la inmensidad del espacio –cual si fuesen las líneas de una hoja o una cuadrícula? No pude sino pensar en que a pesar de su tamaño este personaje luce frágil y solitario. Al llegar a las dunas experimentamos el desierto de nuestros estereotipos. Pero no deja de ser grandioso y elocuente.

Las torres de la electricidad son personajes actuados por seres capaces de ejecutar el papel de gigantes erguidos, dignificados por todas esas líneas que les permiten sobrevivir. Si escribiésemos los mitos de nuestros tiempos esos monstruos de alto voltaje aparecerían en ellos, como los cíclopes y las amazonas en los mitos griegos.

Pasando Jacumba y Anza Borrego el valle Imperial desciende por debajo del nivel del mar. El leitmotiv de la literatura halla sus terrenos plausibles justo aquí, en esta esquina de California que solo suelen frecuentar los compradores locales y los fanáticos de los dune boogies, atrevidos viajeros de este Hades también local. Sí, mientras estas comunidades ven elevarse sus temperaturas a más de cien, prácticamente durante todo el año, también se encuentran a sí mismas comparables a la versión del infierno –o, así dicta la voz popular, su antesala-.

En 1905 el río Colorado cambió de curso dejando abandonadas estas tierras yermas hoy conocidas como las dunas de Andrade. Enmarcada por dos fronteras importantes, la de México, al sur y la de Arizona, al este, la dupla Algodones-Andrade, como cualquier otro punto fronterizo, está conectada por su gente que circula motivada por la compra y la vida cotidiana, igualito que si no hubiese cerca o muro.

La comunidad de Vicente Guerrero se hizo notar en el mapa por motivos del sismo de abril de 1910. Andrade se encuentra en la reservación Fort Yuma de la nación Quechan que mantiene un enorme estacionamiento para las personas que vienen al lado estadounidense a la compra.

Conocí a dos jóvenes estudiantes que viajaban de Caléxico a Vicente Guerrero a visitar a su abuelita. Fue tan grande su sorpresa cuando les comenté que iría hasta Matamoros. “Nosotros rara vez nos alejamos de aquí,” compartieron. Estudiaban en el campus de Imperial de la Universidad Estatal. Cuando bajaron del autobús se despidieron con calidez como si fuésemos la familia a la que deseaban buen viaje.


Photo and text © María Dolores Bolívar