Desert Characters



Algodones. The Dunes of Imperial Valley. Are lines our way of dealing with the vastness of space -as in a lined page or a grid? In spite of its size, this desert character seems so frail and lonely! As we hit the dunes we experience the desert of our stereotypes. It is grandiose and eloquent, nonetheless.

Power towers are characters played by actors trained to execute the role of giants; keeping themselves dignified thanks to all those lines they hold on to for their survival. If we were to write the myths of our times those high voltage monsters would be in them, as Cyclopes and Amazons were in Greece's myths.

Past Jacumba and Anza Borrego, we find ourselves under the sea level. The great motif of Literature would find plausible grounds right here in the one corner of California that only the frequent local shoppers and dune boogie fans dare to travel, on their way to this homey Hades. Yes, as these communities see their temperatures rise to over a hundred, almost throughout the year, they find themselves comparable to our version of hell –or as the popular saying suggests its waiting room-.

In 1905 the Colorado River changed course simply leaving these barren lands abandoned. Two significant borders at the east end of California, México and Arizona frame the dunes of Andrade. Algodones and Andrade, as most bordering regions are bound by locals going about their daily business as if there was not a fence or a wall dividing.  Vicente Guerrero, on the Mexican side leads an otherwise isolated existence. We looked it up in the map on April of 1910 as an earthquake hit it hard. Andrade is a part of the Fort Yuma Reservation of the Quechan Nation. The Quechan people run a huge parking lot for the shoppers.

I met two young students going from Calexico to Vicente Guerrero. They were going to visit their grandmother. Their surprise was such when I mentioned I was going to Matamoros. “We rarely go beyond Andrade,” they uttered. They studied at the California State Imperial Campus. When they left the bus they warmly said good buy to all of us, wishing us well, as if we were one big family.


Algodones. Las Dunas del Valle Imperial. ¿Son las líneas nuestra manera de asumir la inmensidad del espacio –cual si fuesen las líneas de una hoja o una cuadrícula? No pude sino pensar en que a pesar de su tamaño este personaje luce frágil y solitario. Al llegar a las dunas experimentamos el desierto de nuestros estereotipos. Pero no deja de ser grandioso y elocuente.

Las torres de la electricidad son personajes actuados por seres capaces de ejecutar el papel de gigantes erguidos, dignificados por todas esas líneas que les permiten sobrevivir. Si escribiésemos los mitos de nuestros tiempos esos monstruos de alto voltaje aparecerían en ellos, como los cíclopes y las amazonas en los mitos griegos.

Pasando Jacumba y Anza Borrego el valle Imperial desciende por debajo del nivel del mar. El leitmotiv de la literatura halla sus terrenos plausibles justo aquí, en esta esquina de California que solo suelen frecuentar los compradores locales y los fanáticos de los dune boogies, atrevidos viajeros de este Hades también local. Sí, mientras estas comunidades ven elevarse sus temperaturas a más de cien, prácticamente durante todo el año, también se encuentran a sí mismas comparables a la versión del infierno –o, así dicta la voz popular, su antesala-.

En 1905 el río Colorado cambió de curso dejando abandonadas estas tierras yermas hoy conocidas como las dunas de Andrade. Enmarcada por dos fronteras importantes, la de México, al sur y la de Arizona, al este, la dupla Algodones-Andrade, como cualquier otro punto fronterizo, está conectada por su gente que circula motivada por la compra y la vida cotidiana, igualito que si no hubiese cerca o muro.

La comunidad de Vicente Guerrero se hizo notar en el mapa por motivos del sismo de abril de 1910. Andrade se encuentra en la reservación Fort Yuma de la nación Quechan que mantiene un enorme estacionamiento para las personas que vienen al lado estadounidense a la compra.

Conocí a dos jóvenes estudiantes que viajaban de Caléxico a Vicente Guerrero a visitar a su abuelita. Fue tan grande su sorpresa cuando les comenté que iría hasta Matamoros. “Nosotros rara vez nos alejamos de aquí,” compartieron. Estudiaban en el campus de Imperial de la Universidad Estatal. Cuando bajaron del autobús se despidieron con calidez como si fuésemos la familia a la que deseaban buen viaje.


Photo and text © María Dolores Bolívar